CON LA EDUCACIÓN NO SE JUEGA

El propio hecho de generar debate con el objetivo de enviar un globo sonda, es irritante y me genera sarpullido. La educación es sagrada y debemos blindarla. El derecho a la educación universal, gratuita y de calidad no es un regalo, es un cúmulo de esfuerzos, sacrificios y lucha. Si no defendemos nuestras conquistas, lo perdemos.
Un error fatal que permitimos aquellos que hemos nacido en un estado de bienestar,  tirando a la papelera el gran sacrificio que hicieron nuestros abuelos y abuelas por construir una sociedad dotada de más y mejores recursos para todas.

Ante la actual situación, ¿Cómo y bajo qué criterios gestionamos?
Parece ser que se está desvelando el itinerario que quieren seguir nuestros/as dirigentes con la educación. No es una prioridad, ni relevante, ni importate, porque se cierra hasta septiembre la persiana. En cambio, para otros sectores sí se dotan recursos para su activación tras el confinamiento. Esto evidencia que prevalece el criterio económico sobre los demás. De hecho, los países de nuestro alrededor, los más lejanos, en definitiva; la mayoría han activado la educación.

La educación es un instrumento estratégico y clave, por lo tanto su deficiente gestión puede provocar:
1. Daño en el desarrollo educativo y social producto de largos periodos sin clase presencial.
2. Incremento de la desigualdad de género, si se apuesta, en la vuelta al cole, por una metodología semipresencial.
3. Facilitar que la pobreza se herede, como si de un factor genético se tratase.

Más recursos consensuados entre todos los agentes implicados para hacer frente a la amenaza del COVID 19 en las aulas. El cerrar la educación pone de relive las intenciones y pocas aptitudes de aquellas personas que cree que la democracia solamente se cirscunscribe a votar un día y tener carta blanca cuatro años. Con la educación no se juega.

Las menores son las grandes discriminadas en el confinamiento(prohibido salir) y en las posteriores fases(una hora), se les tacho falsamente de supercontagiadoras y ahora se juega con su futuro.
Aunque no voten y no produzcan rédito político, también tienen derechos y demandas. No son ciudadanas de segunda.

Enriqueciendo la entrada, os dejo un enlace de un artículo muy interesante en relación a este tema, pincha aquí.