CONSUMO EN NUESTRO ADN



Como producto residual del confinamiento, donde solamente he consumido bienes y servicios "esenciales para la supervivencia", reparo en que no sólo el plástico se ha integrado en nuestro ADN, sino el consumo también. Y es ahí donde está el kit de la cuestión y la piedra angular de nuestro modo de vida.
En una sociedad sumergida en un océano de estímulos para consumir desde temprana edad, el consumo se convierte en un mecanismo regulador fisiológico.
No voy a juzgarlo pero si cuestionar en la forma que lo hacemos.
Para mantener los niveles de consumo actuales, de los que somos unos privilegiados por nacer en un país con una una estructura socioeconómica avanzada, solida y estable, hace falta sacrificar parte de nuestra moral, solidaridad y humanidad.
Algunas de las consecuencias que generamos de forma indirecta, al zambullirnos de cabeza en la vorágine del consumo, son:
  • Esclavitud de las personas trabajadoras en otros países. No seamos ingenuas, en el país de producción no se cumplen los derechos, que  aquí, contemplamos como básicos. Sus legislaciones son laxas en materia laboral y no hay una inspección o no es eficaz. Ejemplo de ello es el incendio ocurrido en el lejano oriente, que producia para una gran marca española.
  • Agotamiento de los recursos naturales, no pretendamos que se produzca a escala escatimado en recursos o dando tiempo a su regeneración.
  • Contaminación muy por encima de los niveles que puede soportar y digerir el planeta tierra. 
  • Desertización por el calentamiento global, fruto del CO2 y otros gases, que van íntimamente relacionados con la producción y transporte de mercancías en un mundo globalizado.
  • Aumento de la frecuencia de eventos climatológicos catastróficos. 
  • Disminución exponencial de las reservas de agua dulce.
Y un largo etcétera.

Como apunte, quiero destacar que la industria textil es la segunda, después de la petroquímica, que más contamina, sin tener en cuenta los microplásticos que se generan en nuestras lavadoras.
Mira el armario, ¿cuanta ropa necesitamos?; 7 pantalones, 20 camisetas,...
O somos langostas voraces de nuestro planeta o nos dedicamos profesionalmente a organizar desfiles de moda con nuestra ropa.

Consumo responsable-->Reutilizar-->Reciclar

El culto a lo material, nos hace daño y nos desvía la mirada.
Un simple gesto cómo usar una pastilla de jabón para lavarnos, en vez de un gel de litro contenido en un envase de plástico, hace que caminemos hacia un futuro mejor. 
¿Seremos capaces de soportar esa incomodidad?.
La industria no cambia, carece de conciencia social o medioambiental, es un gigante inerte  animado y alimentando por las demandas y exigencias de los/as clientes finales.

Este tren, lo paramos todas.

Comentarios

  1. Tienes razón, hay cosas que no cuestan nada y podríamos cambiar

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  2. Totalmente de acuerdo, pero por que tiene que aparecer una mujer cargada de bolsas en la foto de portada? Por que no un hombre? Tod@s somos consumidores no sólo las mujeres. Siempre igual!

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    1. Tienes toda la razón,vde hecho, no he sido capaz de encontrar una foto de esas características con un hombre. Una búsqueda infructuosa que evidencia la desigualdad, no equidad y falta de perspectiva de género

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