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Desde la política hasta los programas de entretenimiento, el debate basado en la imposición de formas de pensar; insultando,  reprochando, faltando y confrontando con agresividad, está influyendo y determinando la forma de relacionarnos con los demás y de solventar nuestras diferencias.

Queramos o no, la televisión y el global de los productos audiovisuales enseñan y educan, reflejando lo que somos y sembrando como queremos ser. Por eso, es importante que nos tratemos con respeto y aprendamos a parlamentar y a llegar a consensos. Que es todo lo contrario a lo que se está tendiendo. Los/as políticos/as, programas de televisión, redes sociales deben dar ejemplo fomentando y transmitiendo buenas prácticas al respecto.

Se nos ha olvidado mirarnos y escucharnos.

Sensibilidad en la pandemia.

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