EL CLASISMO NECROSADO

 


Todavía recuerdo las palabras de ciertas personas de la margen derecha privilegiada, sobre los hij@s de l@s obrer@s de Altos Hornos y el sector industrial pesado. Como si les molestase nuestro crecimiento intelectual, económico, social y educativo. Les preocupaba que el barro tocase sus zapatos, por mérito propio. Y engendrásemos mestiz@s. En sus cabezas retumbaba la palabra 'invasion'.
Era la hora de la pleamar.
Con un sudor frío discurriendo por detrás de su cuello, ocultaban su miedo a perder el control y poder sobre l@s plebey@s, atisbando una abdicación forzosa o el brillo de la guillotina.

Somos escoria para algun@s, cierran las ventanillas de sus coches para no oler la pobreza. Y se higienizan en sus duchas sofisticadas, cuando por despiste, se les pega nuestro olor.

Pero a mí me gusta el olor a sudor, a hambre, a VIDA.

Cuando paras de bailar y la música cesa, sudado, no sólo del tuyo, sabor dulce en los labios.

Es mejor que el olor a plástico, de los ric@s.

Comentarios

  1. interesante mirada a una situación adversa que conocí personalmente desde Sestao (1976-2000)

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